Si bien tres anuncios sucesivos de vacunas provocaron un notable avance de los hasta entonces denostados títulos de «valor», esto dio paso rápidamente a un movimiento lateral, sin llegar a revertir la década de rentabilidad inferior de este estilo. Sin embargo, creemos que el próximo ciclo reflacionista aumenta el potencial de rentabilidad superior para los títulos cíclicos de valor frente a los de crecimiento, y hemos reequilibrado nuestras carteras para reflejar esta creencia.
En los últimos tres años hemos sobreponderado los valores de calidad en los sectores de la tecnología, el consumo discrecional y los servicios de comunicaciones. Aunque queremos mantener la exposición a estos valores, que seguirán funcionando bien en cualquier circunstancia económica —y ofrecerán exposición a la tendencia de digitalización a largo plazo—, ha llegado el momento de aumentar la exposición a los títulos cíclicos de valor para captar el potencial alcista en esta parte del mercado.
Como primer paso, hemos incorporado un ETF de valor mundial, evitando cualquier apuesta geográfica y neutralizando nuestra asignación sectorial. Elegir el producto adecuado para aumentar la ciclicidad de las carteras no es fácil y este ETF nos permitirá aprovechar el potencial alcista de los sectores cíclicos rezagados, como el de las telecomunicaciones, el industrial, el financiero y el energético, evitando al mismo tiempo una exposición excesiva a los combustibles fósiles y a determinados valores de materiales más problemáticos.
Del mismo modo, es importante tener cuidado con el sector financiero. Si bien una curva de tipos más pronunciada debería beneficiar ampliamente a los valores bancarios, la dinámica subyacente de los bancos europeos difiere enormemente de la de los estadounidenses y somos conscientes de los obstáculos estructurales y de las cuestiones idiosincrásicas del sector.
Si detectamos nuevas confirmaciones de nuestra hipótesis prevista, podemos ajustar la asignación en favor de los sectores o valores beneficiados por la rotación. Es importante mantener una mentalidad abierta con respecto a cómo se desarrollará la reflación, y si vemos que ciertas posiciones de valor se disparan, contemplaremos la posibilidad de reducir nuestras posiciones de calidad.